miércoles, 5 de noviembre de 2008

Blancos celos

-No más llanto, hora del juego-.
Juego en el tibio silencio de la tarde. En la armonía que ella rutinariamente había amoldado. Redescubriendo lo perdido, anhelado en soledad.
Callada sin asimilarlo, acumuló celos que opacan el amor dentro de toda su niñez que no entiende de después, que no comprende la atención al más pequeño, que no siente ternura sino desprecio del más despiadado. Pureza oxidada radical y tempranamente. Una mente maquiavélica que se arma en los rincones más oscuros de la tristeza; rincones que la acogieron en una falsa calidez, que sonreían crueles mientras pasaban sus manos por la inocente piel, inyectando en los poros de la infancia fetidez sabor a rencor, mientras acurrucaban una niña soledad que se convertiría en una madura aversión.
Un cuarto de juego que olía desde hace tanto a resentimiento, que emulaba celos en el rostro de la niña cuando el bebé reía; cuyo azul se colaba en los entretelones de la venganza, en la planificación de lo inevitable.
-No más llanto, hora del juego-. Cantaba con una voz que no le pertenecía a La Nena. Sin nostalgia ni culpa. -Todo se vale, todo se puede-.Pensó.
-Llegué primero-. Se repetía una y otra vez mientas cantaba. Jugaba con las muñecas; las pocas que se habían salvado de la masacre: extremidades mutiladas, ahogadas en las manitas y saliva del bebé.
No más bebé. La madre empezaba a delirar a sus espaldas. La desesperación aumentaba en segundos. Corría llanto. La Nena no se detenía. Jugaba como un día más, con la libertad que no tenía desde hacía ya tanto tiempo.
Un grito seco desde el baño. Pasos acelerados hacia la sala. Otros más atrás acompañados de gritos clamando ayuda.
La Nena supuso que lo habían encontrado ya en la cesta de ropa sucia. –La suciedad en su lugar- Pensó. No se inmutó ni una sola vez. Era perfecta la tarde para La Nena.
A diferencia de su hermano bebé que yacía muerto en la sala con una considerable cantidad de algodón atorado en la garganta, La Nena podía (después de tanto tiempo) respirar.

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